En lo último del festín
solo algunos dioses pasados de copas
seguían el juego ya sin ropa
de la danza que marcaba el fin.
Divino choque entre criaturas
cuando un cuervo se posó en la mesa
devoró las sobras con delicadeza
y en los jardines se oyó una voz dura:
Quién ordenará semejante infierno?
solo un pájaro, una bestia
tomarían provecho de lo que apesta.
necesitamos muchos más cuervos.-
Otro dios ebrio sentenció prepotente:
– Que sean a imagen y semejanza
pero idiotas, con esperanza:
Trabajarán sin chistar, creyéndose inteligentes.-
Eso bastó de argumento
para crear en pocos segundos
a las personas que llegaron al mundo
en una tormenta de sufrimiento.
Crónicas ligeras cuentan
que la idea se les fue de las manos
y entusiasmados los humanos
coparon todo el planeta.
Limpiar el despilfarro de la rumba
fue el inicio de la humanidad.
Color suplicio vestía la vanidad
de los dioses al forjar esta tumba.
Este es el principio
No hay mucho por qué.
Solo un punto de partida, suelo escogido para apoyar el punto de fuga.
¿No se entendió?
Puede pasar.